APARECIMOS REIVINDICANDO EL PROGRAMA LA NOCHE MENOS PENSADA Y LA MEJORA DE RNE

Salvemoslanochemenospensada@hotmail.com


"La maravilla de la madrugada acabó de forma abrupta. Ha sido una pena para todos los que lo seguíamos. Se había creado una comunicación intensa entre gentes diversas, distintas y distantes que formábamos un club familiar, casi íntimo."
Manu Leguineche

miércoles, 31 de marzo de 2010

Estimulante tesoro

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Durante la última emisión del programa "No es un día cualquiera" de RNE, el sorprendente y juguetón colaborador Juan Carlos Ortega, tuvo a bien informar a los oyentes de que en la web de la fundación Joan March al parecer se encuentra a disposición de los internautas un formidable archivo compuesto por las conferencias auspiciadas desde 1975. Es sin duda de agradecer que este organismo ofrezca (y de forma gratuita) disfrutar con tan estimulante tesoro y sin duda sería bueno que la casa en la que el disparatador e inventivo Ortega hizo este anuncio tomase buena nota y abriera de una vez al público el archivo histórico de RNE, así sus añorantes fans podríamos disfrutar aunque sea en modo arqueológico del formidable legado de HH y su alegre pandilla, junto a otras miles de horas de buena radio pagadas con los impuestos que harían las delicias de cualquier buen amante de las ondas.

El imaginativo y vanguardista radiofonista reseñó además cuánto le llamó la atención lo interesante y divertido de esta conferencia en concreto impartida por D.Fernando Fernán Gómez. Sería estupendo que iluminemos la sección de comentarios con las perlas encontradas por cada uno.
Javier

martes, 23 de marzo de 2010

Radio ONDA EL ESPINAR

Hola a todos:

Desde el mes de octubre de 2009, Bernardo Souvirón colabora en una radio local con una sección de historia clásica. La cual viene a durar 15 ó 20 minutos, dos jueves alternativos de cada mes. Ya me puse en contacto con la periodista y presentadora del programa Begoña Rincón. Y están comenzando a subir los programas grabados al podcast. El programa de radio está claro que no es como el que dirigía Manolo H. H. “De la Noche al Día”. Ni tampoco es “La Noche Menos Pensada”; pero el esfuerzo que hace Bernardo por transmitir sus conocimientos es impagable. Sobre todo para quienes depositamos nuestras esperanzas en escuchar y leer lo que él tiene que contarnos. Por ver si sacamos algo en claro de este lugar en el que vivimos, entorno al Mediterráneo (por el que han transitado tantas generaciones diferentes de seres humanos antes que nosotros). Apostando por las posibilidades del pensamiento, en esta deshumana encrucijada emputecida, que llamamos democracia…

Aquí os dejo los programas de radio, que he editado respetando la cuña promocional. La pulsión de las palabras de Bernardo a través de las ondas se hace patente en cada uno de ellos.

Quién quiera también puede acudir y visitar la página web del Ayuntamiento de El Espinar http://www.elespinar.es/onda-el-espinar-2/5.html para escuchar y/o descargar la hora completa del prg. “Hoy Quedamos Contigo”. Os solicito que escribáis un correo dirigido a Begoña Rincón, para este programa de radio agradeciendo su labor como radioyentes y seguidores de Bernardo Souvirón.

Programa 1
2009.10.01 Sección de historia clásica

Programa 2
2009.10.15 Los orígenes de la civilización

Programa 3
2009.10.29 Poema de Gilgamesh I

Programa 4
2009.11.12 Poema de Gilgamesh II

Programa 5
2009.11.26 La libertad y el individuo

Programa 6
2009.12.10 Historia de la política I

Programa 7
2009.12.17 Milonga del moro judío

Programa 8
2010.01.21 Historia de la política II

Programa 9
2010.02.04 Las reformas de Solón

Programa 10
2010.02.18 Oligarquía

Programa 11
2010.03.04 Pisístrato de Atenas

Al hombre yo lo comparo
con un barquito de vela;
y a la mujer con el aire
que donde quiere lo lleva.
Hermanos Álvarez Quintero.


Gracias Bernardo
Un saludo desde el sur.

Jorge

lunes, 8 de marzo de 2010

Oligarquía (I)


A
lgunas veces las palabras no significan nada. Otras veces su significado se ha deformado con el paso del tiempo y con el uso inapropiado, de manera que algunas palabras acaban por apoderarse del significado de otras que, indefensas, van perdiendo poco a poco el sentido que las caracterizó cuando nacieron. En términos generales, la degradación de las palabras, su contaminación e incluso su desaparición, no son más que el reflejo final de un proceso, de una sucesión de acontecimientos que caracteriza a las sociedades que las utilizan.

En nuestra sociedad hay muchas palabras que han sufrido este proceso. Algunas muy rápidamente, a pesar (o justamente por eso) de que están constantemente en boca de quienes hoy día tienen la capacidad, el poder, de influir sobre la gente común: los profesionales de la política y lo profesionales de los medios de comunicación. Aquellos viven de estos, y estos de aquellos. Ambos se retroalimentan en una suerte de simbiosis que parece completamente imparable. Veamos un ejemplo.

Hace algún tiempo nuestro mundo fue gobernado por pequeños grupos de hombres que representaban sólo a una pequeña fracción de la sociedad, una fracción de la que formaban parte sólo los poderosos, los poseedores de la tierra, los nacidos dentro de algunas familias cuya sangre tenía su origen en las venas de los dioses. Aquellos hombres eran llamados oligarcas y su sistema de gobierno, oligarquía (una palabra griega que significa literalmente “gobierno de unos pocos”). Durante mucho tiempo los oligarcas dictaron la política y administraron justicia, pues se sentían depositarios de la voluntad de los dioses y creían que tanto la tierra como sus habitantes les pertenecían por derecho natural; por la gracia de los dioses.

Con el paso del tiempo hubo gente que hizo frente a los oligarcas con la palabra y la razón, dos armas que parecían cargadas de futuro y que llenaron con la luz de la esperanza los oscuros rincones de un mundo duro y difícil. Fue una luz intensa que cegó momentáneamente los ojos de los oligarcas y alumbró un sendero que conducía a un mundo nuevo caracterizado por la posibilidad de que muchos, y no unos pocos hombres encumbrados por su estirpe, comenzaran a regir el destino de los pueblos mediante un sistema de gobierno que no distinguía al oligarca del campesino, y que hacía a todos los ciudadanos iguales ante la ley, iguales en derechos y deberes. Los atenienses lo llamaron democracia porque en él es el pueblo quien tiene el poder. Del pueblo emana todo poder.

Los oligarcas se alarmaron y, desde entonces hasta hoy no han cesado experimentar toda clase de mecanismos para conseguir el poder que la democracia parecía haberles arrebatado para siempre. Comenzaron por organizarse en facciones o en partidos, y descubrieron que el único procedimiento que podría perpetuarlos en el poder era relativamente fácil: sólo había que dar dos pasos. El primero era transformar la democracia de los pueblos en la oligarquía de los partidos; el segundo que el pueblo sancionara con sus votos esta situación haciéndole creer que ésa es la única democracia.

A mi juicio lo han logrado. En efecto, el pueblo ha sido condenado al papel de un actor absolutamente secundario, que sólo refrenda con su voto a la facción o al partido que ha de gobernar. Mas con un voto que no es para el ciudadano, sino para el partido; con un voto que los sistemas electorales, hechos por los partidos a la manera de los partidos, corrigen, orientan, desprecian, suman, restan o multiplican, según las circunstancias. Las consecuencias son claras: en las Asambleas no se sientan ciudadanos elegidos directamente por el pueblo, sino sólo los designados por los partidos; los cargos públicos no están desempeñados por ciudadanos obligados a rendir cuentas ante el pueblo sino ante los dirigentes de sus facciones o partidos, de los que, en último término, depende su supervivencia como políticos.

Estamos gobernados por nuevos oligarcas que actúan como auténticos déspotas, pues han conseguido convencer al pueblo de que la democracia sólo es viable a través de los partidos, lo que ha propiciado que todos los ciudadanos nos hayamos convertido en rehenes; somos el botín por el que combaten a diario. La nueva oligarquía no necesita ya a los dioses. En un mundo como el nuestro son mucho más útiles los votos de unos ciudadanos que se han transformado, sin probablemente saberlo, en súbditos. Por eso un dirigente elegido democráticamente puede llegar a ser infinitamente más peligroso que un dictador, pues éste siempre corre el riesgo de ser depuesto por un pueblo que nunca lo ha votado. Aquel, sin embargo, posee un arma que nunca han tenido los tiranos, ni los reyes ni los dictadores: la coartada de los votos; la santificación de la democracia.

Estamos gobernados por una oligarquía política, que fomenta la existencia y la consolidación de algo que niega la esencia de toda democracia digna de tal nombre: la clase política; la clase de quienes siempre gobiernan, pues al cesar en un cargo público son nombrados (no elegidos) para otro. Buena parte de nuestros gobernantes es una casta propensa a olvidar pronto que la política debe ser una pura contingencia, un accidente, no un modus uiuendi. Manuel Chaves, Esperanza Aguirre, Alfredo Pérez Rubalcaba, Mariano Rajoy, José Bono y tantos otros son ejemplos claros de lo que intento explicar.

Estamos gobernados por una oligarquía cerrada, endogámica, ajena a todo pudor político, enrocada en una serie de privilegios e instalada en una práctica desleal que se basa en el ataque permanente al adversario, en la demolición de toda idea que provenga de la facción contraria, y en la invocación constante a la legitimidad que le otorgan los votos de los súbditos, sin los cuales quedaría al descubierto su verdadero rostro.

Oligarquía y democracia son, pues, dos términos cuyo significado se ha amalgamado, hasta el punto de que es muy difícil ya distinguir la diferencia entre uno y otro. Y no sucede sólo en el ámbito político: ocurre también en otros ámbitos de poder, especialmente en los medios de comunicación y en la justicia.

Pero, si me lo permitís, eso será objeto de otro artículo. No quiero abrumar a nadie con un texto excesivamente largo. Gracias a todos, de nuevo, por seguir ahí, por resistir los embates del tiempo y los estragos del cansancio. Quizá vuestro empeño por no dejar morir del todo LNMP nos devuelva a todos el eco de lo que fue, es y será siempre la libertad y la democracia.


Bernardo Souvirón Guijo
08/Marzo/2010

lunes, 1 de marzo de 2010

Ni ver ni conocer


"Espero no verle ni conocerle"
, declaró el nuevo presidente de la corporación RTVE, D.ALberto Oliart,
según la prensa , al ser interpelado por el ya famoso concursante de Eurovisión, con nombre de forajido del oeste, que la semana pasada en "la 1" invitaba al público de "la gala" a una degustación de (inmerecido) aparato reproductor. Es razonable que éste empleaso publico decida a lo que quiere o no conocer en su vida personal, pero cuando se trata de algo que atañe de una forma tan directa a su parcela es preocupante. No parece prudente ni elegante entrar a juzgar con el cuchillo entre los dientes sus primeros pasos de forma precipitada, pero desde luego no es un buen síntoma que no se interese por ver lo que se ha proyectado en "su televisión" y menos después del escándalo formado.

Sí, desde aquí tenemos la esperanza de que este señor contribuya a arreglar el desaguisado aprobado por su antecesor en las madrugadas de RNE. Cabe suponer que el nuevo presidente de RNE Don Benigno Moreno, (sí, el sujeto que según algunos oyentes remitía mensajes diciendo que a Manolo HH se le había retirado el programa por falta de audiencia y según otros les decía que había sido para cuidar de él), sí escuchó lo que se hacía en RNE cuando existía "La noche menos pensada" y suponemos que escucha lo que se hace desde que siendo ya él director de programación comenzó a emitirse "Afectos en la noche". No sabemos sin embargo si el Sr.Oliart antes de acceder al cargo llegó a sintonizar algún día los programas de Silvia Tarragona o Jordi Tuñón, lo que preocupa es que a lo peor quizá tampoco le interesa escuchar en lo que se transforma RNE por las noches ahora que ya adquirió la máxima responsabilidad en el ente público.

Por si acaso aquí queda un enlace que está disponible en la propia web de "su radio" para que juzgue él mismo si lo que hacen "Tarragona", "Tuñón" y "López" cada noche, cobrando del estado y con el conocimiento de sus jefes es más o quizá menos bochornoso que el espectáculo dado por ese "artista" al que proponían a los españoles para representarnos Eurovisión, del cual por cierto alguien se ha encargado que no quede ni rastro ni siquiera en el enciclopédico y socorrido Youtube y es que en esta televisión que dirige el polivalente y lozano Sr.Santiago González (director de RNE en la época del "radiocidio") parece que en lugar de arrojar luz sobre sus errores se quiera oscurecerlos y hacer como que no han existido, ¿les suena de algo?. El caso es que los censores cada vez lo tienen más crudo para que la información no llegue hasta quienes la buscan, en esta página (por ahora) se puede ver lo que ocurrió y que cada uno saque sus conclusiones.


Los enlaces recomendados al Sr.Oliart y todos los que tengan curiosidad por conocer cómo de repelente está el patio de la radio nacional de madrugada son los siguientes:


Que conste que no se han seleccionado a mala leche, simplemente son los últimos representativos que se encuentran en la web de RTVE a día de hoy. Y ojo, se advierte que su contenido puede herir la sensibilidad de aquellos a los que les repatee constatar como se mantiene instalada en esa franja en la que la radio más compañía hace, aspectos como la mediocridad, el fingimiento, la gazmoñería, el mal gusto y la autocomplacencia de madriguera.

Javier

Nota: A ver quién es el guapo/a que es capaz de escuchar ambos petardos hasta el final :)