En general durante la temporada de verano la
programación de las emisoras aunque mantiene su misma estructura suele experimentar una suerte de metamorfosis, en algunos casos para bien y en otros para todo lo contrario. Durante estos días las voces que capitanean cada uno de los programas de la parrilla se toman unos merecidos descansos, que a veces lo son también para los oyentes al no tener que soportarlas y en otras resulta
frustrante no poder contar con su familiar compañía durante la época en la que se les puede prestar mayor atención.
En su inmensa mayoría las estrellas de las emisoras desaparecen y son sustituidas por los subdirectores, aspirantes a ser "califas en lugar del califa", los cuales durante la ausencia del superior tratan de dar su toque personal aquello que se cocina . En general los cambios suelen ser a peor ya que por algo los jefes son los jefes, sin embargo muchos de ellos al sintonizar su propio programa en sus retiros
vacacionales quizá se sonrojen conscientes de la mejoría del producto.
En algunos aspectos la
programación se vuelve más amena, se aligera la carga de fútbol y los espacios de tertulia política, (ambos hechos muy de agradecer por muchos), para dar paso a otros de
entretenimiento, poniendo a prueba la imaginación de los popes de la cadena para resolver los cambios.
Lamentablemente es posible que parte de la
programación vacacional de la emisora pública haga que aquellos que acudan a la playa con él deseen que su aparato pueda resistir un lanzamiento al fondo del mar, pues pese a que algunos de los cambios pueden resultar sobrellevables o incluso positivos para muchos llama
indignantemente la atención la forma que ha adoptado el matiz veraniego en las maltratadas (de nuevo) madrugadas de
RNE:
En primer lugar aprovechar la ausencia de 4 a 6 del histriónico director de "Afectos matinales" era una oportunidad maravillosa para que a esas horas los oyentes que no soportan su "
amemante" programa, sus gritos y su estridente "
blablableo" pudieran encontrar un nuevo referente que por fuerza no habría sido difícil les resultara más agradable, de paso se podría haber experimentado con otro formato que iniciase una
reconciliación con la defraudada audiencia de la madrugada. Sin embargo no es esto por lo que se ha optado; así, de 4 a 5, a la hora que el irritante animador radiofónico vociferaba como un
go-
gó en una discoteca de guiris borrachos, ahora se puede escuchar un denso programa sobre mar y pesca (sí, cómo la broma que solía hacer el devaluado
Sr.
Bergia), en el que comentan por ejemplo los problemas para colocar
comercialmente el bonito del norte en el mercado italiano o asuntos similares, que no puede decirse que no sean más interesantes que lo anterior pero que
resultan igual de poco
estimulantes para aquellos oyentes sumergidos en el sopor de la noche en tierra firme.
Al parecer los directivos de
RNE no han encontrado ningún sustituto a la altura del chisposo catalán y han optado por conectar con la
programación de la
arinconada Radio Exterior a esas horas. Está claro que la audiencia de madrugada es tratada como ciudadanía de segunda y a los
mandamases les importa un rábano tanto lo que opinen aquellos que estaban acostumbrados a vibrar con la dosis de
radiobasura que se les repartía de 4 a 6 (menudo disgusto se habrán llevado), como el chasco de los que esperábamos que colocasen algo diferente a estas horas aprovechando la ausencia del tipo de malsonante apellido, aunque como se encarga de recalcar él mismo no lleva "R".
Si este recurso fácil resulta irritante, más lo es el hecho de que en la siguiente hora (de 5 a 6) la cadena repita la emisión del programa deportivo de las 21:00h, "Radio gaceta de los deportes".Esto deja claro el concepto que tiene la directiva de
RNE de que en las madrugadas actualmente no hay que hacer radio sino rellenar minutos de emisión, ya sea con mediocres locutores
respondiendo el teléfono o bien
reutilizando y
reemitiendo otros programas existentes. Es evidente que lo que hemos tenido que soportar el resto del año carecía de una
intencionalidad benefactora, más allá de producir un incómodo sonido de fondo para colarlo en las casas de unos oyentes que a esas horas buscan en sus receptores un compañía indispensable.
En segundo lugar, por el
decepcionante "más de lo mismo" es por lo que se ha optado durante las anteriores horas de "Afectos (más bien defectos) en la noche", el mediocre programa que
miserablemente ocupó el espacio de
LNMP para disgusto de quienes no lo conocían empieza una hora antes, a las 00:00h y en él todo parece realizado con la misma previsible fórmula, eso sí en lugar de la verborrea centrífuga y la lesiva gramática de la "señora de la casa" puede escucharse ahora la melodiosa y "
sulivellante" voz del señor subdirector; sin embargo, -¡Oh milagro!- pese a la abrillantada pedantería, melosas maneras, empalagosa cursilería, insoportable retahíla de citas, anodina corrección política, y previsibilidad tono gris chillón con los que se maneja el sustituto, la amarga píldora que representa escuchar a este insospechado superviviente de
LNMP resulta harto más digerible que tragar a su "superiora" en ese puesto, lo cual
dramáticamente da una idea de lo muy poco recetable que es "la jefa" para una inmensa parte del personal, el cual llegados a este punto recibe su ausencia estival como un espectacular y entrañable regalo playero, que si bien por sí mismo no le va a alegrar "las vacas", mal tampoco le va hacer.
Javier
P.D: En otro orden de cosas es de justicia reseñar la mejora que ha aportado
Carles Mesa (
ex-Afectos) al frente del programa "No es un día cualquiera", lo poco que se nota la ausencia de
Sr.
Lucas por la mañana (¿se ha ido o no?) y lo mucho que se echa de menos al "Sueco" en el programa del también ausente
Toni Garrido "Asuntos Propios", por no mencionar lo doloroso que resulta escuchar de nuevo el
prescincible aporte de
Bergia en las
reemisiones del programa "Abierto hasta las 2" los sábados.