Aquel silencio que fue responsable de la aparición de este peculiar lugar parece haber reclamado un nuevo protagonismo y con un poderoso eco se ha erigido en incontestable gestor de su decadencia, ante las impasibles miradas de todos aquellos que pese a todo seguimos dirigiendo nuestra curiosidad hacia tan pintoresco experimento.
Bueno será que aquellos a quienes el discurso de Don Silencio les resulte algo anodino le inviten a desaparecer ayudados por las voces de nuestros queridos amigos de La noche menos pensada, que tan difícil le pusieron siempre al silencio acomodarse por mucho tiempo a nuestra vera: