Itziar: "Activos Tóxicos"

Tras una involuntaria ausencia del blog necesito, en primer lugar, mostrar mi agradecimiento a quienes sin desánimo seguís manteniendo con vida este instrumento en pro de un objetivo claro tal y como aparece en el encabezado: “...reivindicando el programa La Noche Menos Pensada y la mejora de Radio Nacional de España”. Y digo “sin desánimo” porque confluyen factores que muy bien podrían acabar por diluir el propósito que nos ha unido aquí. Entre ellos, siete largos meses desde que nos sentimos “defraudados”, “maltratados” tras la determinación de los gestores de RNE que eliminó de las ondas LNMP por razones espurias. Si, una vez más, nos atenemos a la versión oficial, hemos de decir que no convencen; si pensamos en las que hacen referencia a la mala y ¿opaca? (o no tan opaca si practicamos la observación y el análisis de las informaciones que he podido leer en las páginas del blog) gestión de RNE o a la voluntad de quienes tienen poder para eliminar cualquier atisbo de exposición seria de los problemas y en consecuencia, del desarrollo de mentes “críticas” nos producen, cuando menos, pavor. Y el pavor, lejos de atenazarnos, nos ha removido el ánimo y nos ha llevado a la rebelión.

Somos conscientes de que el enemigo tiene más y mejores armas: poder, dinero (¡cuánto dinero despilfarrado en programas basura, en sueldos, en “indemnizaciones” resultantes de la aplicación del ERE que no dejan indemne a nadie, ni al que lo recibe ni al oyente; antes bien, dañan considerablemente la calidad de la oferta radiofónica, desatiende el objetivo del medio: información/formación-. Se barajan cifras astronómicas de dinero que sale de los mermados bolsillos de todos puesto en manos y mentes que no procuran el bien social). Y, por último, ese enemigo dispone del instrumento más valioso: la radio. Por nuestra parte, como únicas armas, la palabra y el instrumento, el blog (en algún momento, intervenciones en algún programa radiofónico para mostrar el desacuerdo y algunos correos a la ¿Defensora?del Oyente. En ambos casos, el resultado: ninguno satisfactorio).

Es evidente que estamos en desventaja. Es evidente, también, que hay un claro abuso de poder, de prepotencia... en quienes se han apropiado del medio para alcanzar fines en los que lo público ha adquirido un nuevo significado con connotaciones cada vez más perceptibles de “intereses de grupos de poder” ¿o habrá que pensar, quizá, en que son resultado de la casualidad por pura ineficacia? No creo en las casualidades y menos en estos temas.

En múltiples ocasiones, entreveo analogías entre la tan perturbadora “crisis del sistema financiero” y la “crisis de la CRTVE”. Así se habla de altos ejecutivos que sin ningún tipo de escrúpulos, llevados por la ambición y la codicia, han ¡¿jugado!? con el dinero de otros sin valorar los riesgos atendiendo únicamente al beneficio personal. En el micromundo de la radio pública la crisis es patente. Se oye mucho ruido y no bueno, intenta ganar clientes -que no es lo mismo que audiencia- regalando coches, por ejemplo. En definitiva, dinero público, lo colectivo al servicio de intereses personales en una inmoral alteración de factores.

En ambos casos, recibimos desde el poder una versión edulcorada con eufemismos (léase “desaceleración” “ralentización” en el ámbito económico, y “nuevos formatos” “rejuvenecimiento de la audiencia”... en la radio pública) y en ambos casos se persigue un mismo fin: la ceguera, la anestesia colectiva para que la ausencia de reacción asegure la permanencia de quienes han hecho del poder patrimonio individual. Pero, y he aquí algo aún más grave: la insolencia de presentarse como “defensores” unos de los intereses de los ahorradores y otros de los intereses públicos con sucedáneos, con productos “activos” tóxicos de modo que de forma solapada se vayan alterando los valores y los objetivos nobles que procuraban rentabilidad al ahorro en un caso y en el otro espacios radiofónicos dignos, hoy eliminados y defenestrados sus responsables como en el caso de LNMP.

Y hablando de “activos tóxicos” -en el significado que tiene en la jerga económica- la radio pública no está exenta de ellos, como tampoco lo está de otras actuaciones relacionadas con inversiones fraudulentas. Tengamos en cuenta que en todos estos casos se mueven grandes cantidades de dinero público en claro detrimento del interés y necesidad públicos. Me refiero a programas frecuentemente nombrados en este blog aportando casos, detalles, circunstancias concretas que ruborizan por su procacidad, falta de respeto a la audiencia, escaso interés por el uso correcto de la lengua, ¿contenidos? superfluos que nada aportan a la mejora y desarrollo personal....

Me refiero también a la cada vez mayor externalización de servicios en perjuicio de los trabajadores de la casa en una clara “malversación de recursos humanos”. Mucho podría escribirse acerca de las consecuencias que ello acarrea tanto para los trabajadores: depresiones, marginación social, coacciones..., o para el conjunto social: producciones ajenas a los objetivos que cabe esperar de un servicio público como son: el interés por la cultura, por la observación contrastada de la realidad, por el conocimiento... y que son, además, compatibles con el entretenimiento.

Y al igual que está ocurriendo en el mundo de las finanzas en donde nadie dimite, nadie es condenado por su nefasta gestión, por su ambición, por su codicia...., (antes bien, hemos sabido que incluso han llegado a cobrar “pluses o bonos” utilizando incluso dinero público inyectado con otros fines), así tampoco en la radio pública hay dimisiones, ni ceses a pesar de las denuncias y quejas que se han cursado por unos u otros conductos. Es más, se permiten o “la callada por respuesta” o “la parrafada sin contenido” desde el menosprecio más absoluto por quienes no renunciamos a lo que de bueno ofrecía RNE y pretendemos, además, la mejora en coherencia con lo que debe ser un “servicio público”. Un servicio público que tiene que diferenciarse claramente de las radios comerciales sometidas a los intereses del capital que las sustentan. En el caso de RNE el capital que la sustenta procede de la carga impositiva que soportamos la ciudadanía y por ello tiene que ser diferente, tiene que ofrecer un PLUS, tiene que atender a objetivos más nobles, no puede alejarse del compromiso de trabajar por los individuos, por su desarrollo cultural, por la mejora de la sociedad desde la ética y con ética.

La realidad, no obstante, es otra. ¿Qué decir del 1.560.000 de euros que suman las retribuciones de los miembros del Consejo de la Administración de CRTVE? Y esta cantidad no refleja nada más que un trocito de la tarta. ¿Quién controla, mide, evalúa … la rentabilidad de tanta inversión? ¿Cómo y en qué medida se penalizan las actuaciones contrarias al verdadero “interés social”?

Mientras tanto, los políticos escenificando comportamientos de “tú más que yo” propios de patio de colegio como suele decirse. Pero tampoco esto es fruto de la casualidad. Si procuraran lo contrario, arriesgarían sus posiciones y parece que una vez que han accedido al cargo, no están dispuestos a abandonarlo.

Por todo esto, ahora más que nunca, no podemos quedar en silencio, no podemos consentir que “la mejora de la radio pública” sea una utopía. Toda utopía deja de serla cuando alguien se encarga de transformarla en real. Y por eso, para eso dejamos aquí nuestra voz, aquí nuestra palabra. Nos mantendremos despiertos, activos, aprovecharemos la “crisis” (=punto de inflexión, de cambio) para que las derivas que estamos denunciando se rectifiquen. ¡QUE VUELVA LA CORDURA a RNE y repongan LNMP!

7 de abril de 2009
Itziar

P.D: Pocas horas después de haber finalizado este texto conozco el nombramiento de Angel Gabilondo como Ministro de Educación. Quiero creer que puede ser la oportunidad de un tiempo mejor para la buena radio.